Poco después de que Carlos Arranz se mudara a Esparraguera, España, se dio cuenta de que había entrado en una rutina profesional y quiso probar algo nuevo. “Pasé por varios trabajos en busca de una empresa en la que me sintiera cómodo y, sobre todo, en la que me sintiera como si fuera una parte importante de la empresa”, dice. "Pronto me di cuenta de que HAVI era mi lugar".
Eso fue hace casi 17 años. Carlos se incorporó como mozo de almacén, pero pasó rápidamente de Jefe de Turno a Responsable de Almacén gracias a su ética de trabajo, su alta participación y su capacidad para relacionarse con todos sus compañeros. Después, en 2008, el Director de Operaciones le pidió que pasara al departamento de Transporte, un área muy diferente. “Tenía algunas dudas, porque tenía que salir de mi zona de confort”, dice. “Le pregunté al director ¿por qué yo? Su respuesta fue: “Lo que necesito no tiene nada que ver con el conocimiento, tiene que ver con las personas. Simplemente haz con el equipo de Transporte lo que has hecho con el equipo de Almacén ". Eso me hizo sentir tanta confianza que tuve que aceptar".
A Carlos se le confió una vez más una mayor responsabilidad cuando se le pidió que cubriera a la Gerente del centro de distribución de Barcelona mientras ella estaba de baja por maternidad. Salió tan bien que le pidió volver a hacerlo dos años después cuando tuvo su segundo hijo. Él dice: "En ambas ocasiones me sentí apoyado por ella y por su liderazgo, y vieron que yo podía hacer frente a este reto". En un momento dado, se le pidió que asumiera la dirección del centro de Barcelona, y por fin, en 2020, se le pidió que se convirtiera en el Responsable Nacional de Transporte. “Una vez más me sacaron de mi zona de confort, pero ésta es una de las mejores decisiones que he tomado”, dice.
Según Carlos, la gestión solidaria ha sido la clave de su éxito. “He tenido la suerte de contar con managers muy buenos y generosos que han compartido su experiencia, conocimientos y puntos de vista, pero el mayor apoyo que me han brindado es permitirme equivocarme y ayudarme a no dejar de hacer nada por temor a estar equivocado”, explica. “Siento que puedo ayudar a la empresa todavía más gracias al apoyo que siento recibo de la dirección”.